Se trata de un paciente en Bélgica que pasó 23 años conscientes y que había sido diagnosticado como vegetativo por los médicos. Dicho de otro modo, por 23 años estuvo estaba plenamente consciente de lo que pasaba a su alrededor, pero no podía mover ninguna parte de su cuerpo para demostrar que estaba vivo. Los médicos lo declararon como vegetativo y no sería sino la intuición de su madre lo que haría que ella no se convenciera por el diagnóstico y luche porque se hagan nuevas pruebas, que confirmarían el presentimiento de su progenitora... más de dos décadas después.
Lee la historia aquí